Cada vez compensa menos comprar una carretilla de importación "dudosa"
Las importaciones ilegales de carretillas compradas a un proveedor no oficial, que no cumple las normas europeas y fabricadas generalmente para Asia -en este mundo las denominamos “carretillas del mercado gris o paralelo”- son, en realidad, un verdadero lastre y podrían ser hasta un peligro para su empresa.
¿Es esto verdaderamente un problema? ¿Hay realmente diferencias entre una máquina europea y una asiática? La respuesta es simple y llanamente “sí”.
Las autoridades de homologación europeas insisten en unas importantes medidas de seguridad y medioambientales que no se cumplen fuera de aquí. Por ejemplo, la norma EN/ISO 3691 que entró en vigor el 1 de enero de 2010 y que tantos quebraderos de cabeza está trayendo a los propietarios que, a veces por ahorro en la compra, a veces por desconocimiento de la normativa, adquieren máquinas que no tienen la marca genuina ‘CE’ que demuestra que la máquina cumple las directivas europeas.
Una máquina sin la marca CE estaría algo así como en un estado de ilegalidad
Hay que tener algo claro: todas las carretillas en Europa deben cumplir esta norma vital de seguridad, pero fuera de Europa no es obligatoria. Y cuando se trata de la normativa sobre emisiones, la europea es una de las más estrictas del mundo.
Documentación esencial y obligatoria de toda carretilla elevadora
Por ley, toda carretilla certificada para su uso en Europa debe incluir dos documentos sobre el producto: un certificado de la CE y un manual de instrucciones para el operario. Estos documentos deben estar escritos en castellano. La ley también exige que la identificación, las placas de capacidades, los rótulos y los avisos estén escritos en su idioma.
En caso contrario, las aseguradoras disponen de una cláusula de ‘exención’, que les exime de cubrir el accidente. Aunque la carretilla funcionara perfectamente, si es ilegal ya es suficiente para que la aseguradora rechace cualquier reclamación. En este caso es posible que la empresa propietaria de la carretilla tenga que pagar costosas multas e indemnizaciones.
Si ocurre un accidente, las autoridades pueden pedir datos sobre el diseño y las pruebas efectuadas. Y esto no lo pueden proporcionar las empresas que realizan importaciones ilegales: sólo puede hacerlo el fabricante original del equipo. Algo imprescindible para las compañías de seguros y en las demandas judiciales.
¿Qué pasa cuando se ha adquirido una máquina ilegal sin saberlo?
El propietario de la carretilla debe buscar asistencia legal en cuanto al suministro de equipos ilegales y pedir el total reembolso al proveedor. Las circunstancias de la venta deben ser comunicadas a las autoridades competentes.
Otro problema frecuente para los propietarios de máquinas importadas ilegalmente es la posterior venta de sus carretillas o el intercambio en pago por equipos nuevos.
Como la carretilla no tiene la certificación CE, no es más que chatarra para un concesionario, pues no puede venderla legalmente. Además, si el propietario las vende sin declarar que son de importación irregular, se expone a importantes sanciones penales.
¿Realmente se ahorra comprando en el mercado gris?
Las importaciones ilegales ofrecen un ahorro a corto plazo, pero con el paso del tiempo se incurre en muchos gastos. Como el mantenimiento y la reparación, por ejemplo. Las importaciones ilegales pueden carecer de un manual de instrucciones en su idioma, con lo que hasta el técnico más experto se vería en dificultades... incluso si se pudieran conseguir piezas de repuesto.
Por si fuera poco, se tiene información sobre algunos concesionarios sin escrúpulos que, intentando ‘ocultar’ el origen ilegal de sus carretillas, han modificado el número de serie de la carretilla, algo que también es ilegal. Sin tener los datos originales, el propietario no puede pedir piezas o asistencia técnica durante la vida útil de la máquina. De este modo se ve atado a un proveedor que puede cobrarle lo que quiera.
Las garantías son otro de los inconvenientes a soportar, ya que si existen, no serán del fabricante, serían del concesionario donde la haya adquirido. ¿Ustedes creen que un importador sin escrúpulos y de dudosa reputación va a cumplir con la garantía, sobre todo en caso de piezas costosas que pueden llegar a costar miles de euros? Olvídese usted saldrá perdiendo.
Debido a la crisis nunca fue mas barato comprar una carretilla nueva "legal" que ahora.
Una carretilla nueva, bien mantenida, de un fabricante de prestigio como Mitsubishi, brindará una vida útil larga y sin problemas, y conservará un gran valor de reventa en años posteriores.
Las carretillas nuevas cuestan hoy la mitad que hace 20 años
De acuerdo con los expertos del sector, una carretilla contrapesada eléctrica de 2 toneladas tendría un coste de 115 euros por semana en 1989, o 205 euros a precios actuales, pero a pesar de que hayan pasado 20 años de crecimiento económico e inflación, el coste actual es de algo menos de 100 euros.
¿Realmente compensa tener una carretilla fabricada para Asia o África? Estamos convencidos de que no.
Fuente: Mitsubishi - ElevacionTotal.com